Siempre que tuve, entre otras, ocasión de acercarme hasta el Colegio de Médicos de Madrid, el nombre de esta calle, cercana a la sede de la institución, acaparó mi atención: a priori no parece muy apropiado ser médico y apellidarse Mata...
Es un poco como los chistes de los colmos, aquellos que decían cosas como:
-. ¿Cuál es el colmo de una farmacia?: cerrar porque no le queda más Remedio...
-. ¿Cuál es el colmo de Batman?: que venga un caco y que le "Robin"...
Cuando la finalidad primaria es preservar la vida, se me antoja que existirían muchísimos apellidos que encajarían mejor con el "Doctor" que se les antepone...
En mi tierra hay un dentista que se apellida Sarro, que tampoco parece nombre muy acertado para tal profesión, aunque finalmente resulte probable que el asunto no trascienda más allá del comentario, o que sea incluso ventajoso por lo chocante del antagonismo, y a las pruebas me remito: el Doctor Mata llegó a ser tan famoso que acabó mereciendo la dedicatoria de una calle...
A la inexplicable moda de asignar el timón del Ministerio de Sanidad a personas que ganaron reconocimientos en el seno de un partido político, que nada tienen que ver con el mundo de la Medicina y que, con alguna probabilidad, nunca pisaron antes un Centro de Salud, añadimos en esta ocasión el inconveniente del apellido inapropiado: Mato... Quiera Dios que esta vez sea para bien, como en el caso del antiguo médico madrileño...
Es un poco como los chistes de los colmos, aquellos que decían cosas como:
-. ¿Cuál es el colmo de una farmacia?: cerrar porque no le queda más Remedio...
-. ¿Cuál es el colmo de Batman?: que venga un caco y que le "Robin"...
Cuando la finalidad primaria es preservar la vida, se me antoja que existirían muchísimos apellidos que encajarían mejor con el "Doctor" que se les antepone...
En mi tierra hay un dentista que se apellida Sarro, que tampoco parece nombre muy acertado para tal profesión, aunque finalmente resulte probable que el asunto no trascienda más allá del comentario, o que sea incluso ventajoso por lo chocante del antagonismo, y a las pruebas me remito: el Doctor Mata llegó a ser tan famoso que acabó mereciendo la dedicatoria de una calle...
A la inexplicable moda de asignar el timón del Ministerio de Sanidad a personas que ganaron reconocimientos en el seno de un partido político, que nada tienen que ver con el mundo de la Medicina y que, con alguna probabilidad, nunca pisaron antes un Centro de Salud, añadimos en esta ocasión el inconveniente del apellido inapropiado: Mato... Quiera Dios que esta vez sea para bien, como en el caso del antiguo médico madrileño...
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