domingo, 31 de enero de 2021

Empeorando



Según el ingeniero aeroespacial Edward A. Murphy, quien formuló su ley en 1949: “si algo puede salir mal, saldrá mal...” 

Podría pensarse que esta ley también es válida para las teleconsultas, que en una buena medida acaparan la actual dinámica de trabajo de nuestros centros de salud: acabaron surgiendo los defectos de aquello que, como la seguridad o la accesibilidad y a priori, comenzaría pareciendo una virtud. 

Sirvan estos ejemplos, traídos desde situaciones que viví en estos días, para ilustrar cuánto os digo... 

Eran las 20:50, me quedaban algunas llamadas por hacer para culminar una dura jornada de trabajo, excedida en todos los sentidos, puede que una de las más duras de los 10 meses que llevamos soportando esta pandemia... Había empezado 45 minutos antes de mi hora oficial de entrada y esperaba poder marcharme pronto a casa ya que, debo recordarlo, cerramos el centro a las 21:00, y no quisiera terminar más tarde... 

En las observaciones de una de esas llamadas podía leerse: “Muy urgente, tiene que hablar con un médico esta misma noche, sobre una duda con un medicamento”... 

Marqué el número... 
-. Hola, buenas noches. Le llamo desde el centro de salud... Dígame.. ¿Cual es el problema? 
-. Pues verá Ud. Doctor: yo sufro de migrañas. Me han recetado Sumatriptan y no sé muy bien cómo tomarlo...
 -. Pues se toma Ud. una pastilla... Y si en un par de horas no ha funcionado, podría tomar una segunda dosis, pero no más de dos dosis en el mismo día.... 
-. Ah! Es fácil! Muchas gracias! 
-. De nada: aunque esto mismo que acabo de explicarle, tal cual, viene impecablemente explicado en el prospecto del fármaco... 

Al día siguiente otro paciente, de la misma manera, con igual retraso e idéntica urgencia, solicitaba le llamásemos para confirmarle si el especialista del hospital, a cuya consulta había acudido a lo largo del dia, le había recetado una medicación... 

-. Si, si, en efecto, descuide, se la han recetado hoy... Pero para esto no es necesario que llame Ud. al centro de salud; tenemos demasiadas consultas... El Coronavirus ha supuesto una sobrecarga aún mayor de la que ya teníamos antes de su aparición... Por favor, para una próxima ocasión, recuerde que estás dudas las puede Ud. resolver en su farmacia... 

Algún paciente hay que vuelve a llamar al día siguiente, para decirme que aún no se ha curado con el tratamiento que le prescribí, el día anterior, aún a sabiendas de que insistí en que debía tomarlo durante un tiempo no inferior a una semana... 

Tampoco es infrecuente que algún paciente consulte dos veces en un mismo día, incluso puedo recordar a alguno que llegó a solicitar tres, con argumentos como: “Se le ha olvidado decirte una cosa” o como “Tiene otra duda” o simplemente un “Que le llames otra vez”... 

Son ejemplos, de entre los tantos que me han sucedido desde los inicios de la Pandemia, que me hacen reflexionar, desde los posos de una cierta tristeza, que sea probable que, de la anterior MacDonalización de la Medicina, estemos pasando a una etapa aún peor, si cabe: la de pensar que con el simple chasquido de una llamada, tenemos acceso a un “médico-exprés”, a todas horas y para cualquier cosa. 

Un médico, por cierto, para cuya demanda no se establece límite alguno... 

Ya me oprimía la anterior etapa pero esta... ¡Esta ya no quisiera conocerla!


domingo, 17 de enero de 2021

Melodía al teléfono

Aquella tarde debía llevar no menos de 50 llamadas telefónicas y aún me quedaban por hacer cerca de una docena, para darme un respiro... La paciente siguiente, según el orden establecido en la agenda, era una viejita de 86 años, Dolores, quien al parecer se quejaba, sirva la redundancia, de unos dolores...

Marco el primer número, de los tres que figuran en su historia clínica, y escucho una voz que me dice: "Telefónica le informa: el número marcado no corresponde a ningún terminal...".

¿A la segunda irá la vencida?: ¡Pues parece que no!, tampoco hubo suerte, no lo cogieron... Quedaba una última oportunidad: marco este último número y escucho a una joven cantando...
"¡Papi, papi... Papi Chulo...!...
¡Papi, papi, papi papi...!...
¡Papi, papi... Papi Chulo...!".

-. Buenas tardes Dolores, pero por Dios, ¿Qué música tiene Ud. puesta en el móvil?... ¡Menuda marcha!...

-. ¡Ah, si!... Son mis nietas, Doctor, que me gastan bromas, ¿sabe Ud.?... ¡Como las pille.....!



miércoles, 6 de enero de 2021

El informe notarial


.Alguna que otra vez os hablé de la cantidad de informes que llegan a solicitarnos: de lo más variopinto y curioso, en calidad; y notable en la cantidad... Es como si, a lo largo de la carrera de medicina, tuviésemos alguna asignatura relacionada con la fe notarial. 

Sucedía durante la pandemia, en aquellas interminables jornadas en las que llegábamos a hacer, con relativa facilidad, las 70 u 80 llamadas telefónicas, intercaladas con alguna que otra visita presencial...

Marco en número en el teléfono... 
-. Hola, Mary, dígame, ¿en qué podemos ayudarla?. 
-. Hola doctor, soy la sobrina de Mary... Verá Ud... Ella tiene que acudir al hospital en los próximos días, para hacerse algunas pruebas... 
-. Muy bien, sí... 
-. ... Como no dejan que nadie la acompañe al interior del hospital, y ella no sabe hablar español, necesitaría que hiciese Ud. un informe, en el que diga que es necesario que yo entre con ella... 
-. Mire Ud... Si le explica a quienes estén en la puerta esto mismo que me acaba de decir, ya verá Ud. como las dejan pasar a las dos... 
-. Pero es que... (con otras palabras, volvió a referirme lo mismo). 
-. No, por favor, no entiendo que me pidan esto... Mucho menos aun en el contexto de contar con que en esta consulta estoy supliendo, que ni siquiera las conozco a Uds...  



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