Stop a la violencia

Una de mis aficiones siempre fue la de recoger cuantas manifestaciones del Arte Urbano me fui encontrando, desde el advenimiento de los smartphone y, con ellos, la posibilidad de fotografiarlas...

Una de esas manifestaciones, quizá la más interesante, se refiere al tuneo de las señales de tráfico, que en su día iniciaría Clet Abraham y del que adjunto no pocos de los ejemplos, que fui recogiendo en "forelatos", mi otra página web...

Estas son las publicadas en Forelatos hasta la fecha...:

-. Que me bajo

-. Mens sana

-. El tráfico como carga

-. Paso de Limacos
-. Me vuelves Lorca
-. 1000 y una 
-. Apareamiento
-. Señal angelical
-. Clet Abraham
-. Por aquí
-. Don Frenando 
-. Carabinieri portero

Pues bien, hoy quiero mostraros el tuneo de otra señal, el STOP que se encuentra a la puerta de uno de los Centros de Salud en que, en estos días, tuve ocasión de trabajar.

Desconozco al autor, pero que vayan desde aquí, y para él, mis aplausos por tan imaginativa manifestación...

Viaje con nosotros

 

La instantánea fue hecha en un pueblo de la provincia de Burgos, hace pocas semanas. No deja de ser un testimonio más del maltrato institucional que este país dispensa a sus médicos, en general, y a la Medicina de Familia, en Particular...

Poco a poco, el desprecio fue constituyendo motivo para la diáspora, un éxodo que actualmente sufrimos por la consiguiente carencia de profesionales...

En los últimos 10 años, unos 26.000 médicos se marcharon a ejercer al extranjero. En compensación, el número de extranjeros que vinieron a ejercer a España llegó a cuadruplicarse en algunas regiones del país... Nacer español, con vocación de ser médico, no parece compatibilizar demasiado con la idea de ejercer en origen...

A pesar de todo, a fecha de hoy, sigue empeorando el trato recibido por los galenos, no existiendo aún el mínimo rastro de un propósito de enmienda... Algún político seguirá explicándolo desde el argumento de que "a los médicos, nos gusta viajar"...

Tinta casi china

Siempre me han gustado los bolígrafos de tinta, por lo que, hace meses y cuando tuve la ocasión de verlos, no dudé en adquirir varios Pilot Frixion, de diferentes colores, y que además, ofrecen la indudable ventaja de poder corregir los errores, con el borrador que incorporan en su parte superior...

Aquel día, a la consulta, vino a verme una embarazada. Necesitaba le cumplimentase el típico formulario necesario, de cara a conseguir, de su empresa, una baja laboral por su estado...

Procedí a elaborárselo con sus datos, los míos, los relativos a su nivel de salud, los referidos a la edad de gestación, y la fecha prevista para el parto... Cerrando el proceso con mi firma y el estampado del sello.

Imaginad mi sorpresa cuando, al día siguiente, me trajo el documento en el que se había borrado todo aquello que escribí la víspera: no quedaba ni un sólo rastro de tinta azul, NI UNO SOLO, por cuanto no podía sospecharse, ni de lejos, que aquél documento era el mismo que cumplimenté... Tan sólo quedaba una cosa: el sello...

Y ahora tengo que convivir con la lógica preocupación de pensar que ¡LLEVO MESES escribiendo con ese bolígrafo...!... Rezo por que los pacientes a los que atendí, en aquellos días, no pusiesen ni pongan sus documentos al sol, y es que, según nuestra paciente, ese podría haber sido el motivo por el que sucedió cuanto os cuento...