Aunque este blog trate, las más de las veces, de temas relacionados con la actualidad o lo cotidiano, lo cierto es que también nació con la brizna de un deseo de contribuir a aumentar esa culturilla sanitaria, que en una cierta medida a todos interesa tener.
Hoy quiero tratar sobre algo tan elemental como la forma correcta de usar un supositorio: constituyendo éstos una forma galénica de escaso uso en nuestros días, es fácil comprobar que se han venido y se siguen usando mal, en una gran mayoría de los casos...
En la ilustración que sigue a éstas palabras podemos ver los pasos que constituyen la forma correcta en que se ha de proceder...
Hasta aquí viene haciéndose aceptablemente bien, pero hay algo sumamente importante: los supositorios deben introducirse en el recto justo al revés de como viene haciéndolo el común de los mortales, según la ilustración que sigue, o lo que nos explica el siguiente párrafo, extraído de Wikipedia...
Correcta aplicación (Wikipedia)
Los supositorios son de uso más frecuente en los niños y por tanto son los padres los encargados de su administración. Está muy extendida la costumbre de introducir el supositorio por la parte más afilada, para facilitar la entrada del mismo. Sin embargo esta costumbre es errónea. El objeto de afilar una parte del supositorio es que al introducirlo en el ano por la parte recortada, cuando está totalmente introducido, el esfinter anal presiona sobre la parte afilada, empujando al supositorio hacia arriba en el interior del recto, donde se encuentran los plexos venosos que se encargarán de la absorción del principio activo.
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