Hace mucho, muchísimo tiempo, en la época de la Maricastaña, la misma en la que Cristóbal Colón descubría las Américas, Leonardo da Vinci ya creaba impresionantes láminas como ésta sobre el acto sexual.
Aunque las figuras presentan importantes errores anatómicos y funcionales, probables reminiscencias del marcado dogmatismo de la cercana Edad Media: como la existencia de un conducto que conectaría el pene con la médula espinal, o el que uniría las mamas con el útero, en el caso de la mujer... Resulta incuestionable el evidente genio del artista: la frescura y espontaneidad de sus trazos y su magnífica destreza como dibujante, un talento que no ha encontrado parangón en los 6 siglos que han transcurrido desde su muerte.
Mucho se ha hablado sobre la posible homosexualidad de Leonardo da Vinci. Nunca se casó, no se le conocieron romances y se sabe que solía proteger a jóvenes muchachos. También que era un gran admirador de la belleza física tanto de damas como de efebos.
Los estudios más recientes apuntan hacia una impotencia patológica producida por su fobia al sexo. No sería de extrañar, puesto que él mismo escribió:
"El acto de la copulación y los miembros que lo realizan son de una fealdad tal que si no fuera por la belleza de los rostros la naturaleza desencadenada haría perder la dignidad de la especie humana".
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