-. Buenas tardes doctor, vengo a que envíe Ud. a mi marido al médico de los lunares.
-. ¿?... ¿Pero adónde está su marido?
-. No ha podido venir
-. ¿Y entonces como quiere Ud. que le vea los lunares?
-. Ah, por eso no hay problema -dijo depositando su móvil sobre la mesa- ¡aquí le traigo fotos de algunos de ellos!
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