miércoles, 31 de mayo de 2023

La primera víctima del tráfico

 


Recordamos, al iniciar este capítulo, aquella sentencia afirmando que las tres principales causas de muerte son "las 3 Cés": la C de Corazón, la C de Cáncer y la C de Carretera o de Coche.... Y de esta última C, precisamente, hablamos hoy... 

El 17 de agosto de 1896 fallecía Bridget Driscoll, con 45 años de edad. ¿Una muerte más?, sin duda, aunque con una especial connotación que le hizo ser la primera de muchas, las muertes ocurridas en accidentes de tráfico. En este caso fue por atropello de un vehículo a motor de explosión, con caída golpeándose fuertemente la cabeza, tras el impacto del "carruaje sin caballos"

La víctima paseaba con su hija, por los jardines cercanos al palacio de cristal de Londres, cuando fue arrollada por un vehículo Ford cuadriciclo, un modelo de la Anglo-French Motor Car Company, conducido por Arthur James Edsall, en el contexto de una exhibición, en la que uno de los vehículos perdió el control, dirigiéndose hacia la Sra. Driscoll. 

No sirvieron los "¡Apártense!" del conductor, ni los toques de la campanilla que antaño precedía al claxon. Esta vez, como después lo serían muchas, la culpable fue la velocidad: al parecer el vehículo se desplazaba a la temeraria velocidad de 6 kms/hora. Bridget expiraría una semana después... 

El forense que certificó su muerte añadiría una frase, que nos lleva a sospechar que no tenía una gran visión de futuro:  

 "Confío en que algo así
nunca vuelva a ocurrir" 

Pero muy lejos de la expresión de este deseo, hoy por hoy, diariamente fallecen por accidente de tráfico y en el mundo más de 3.500 personas.  Además y según la OMS: 100.000 resultan heridas.



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