Es más que probable que, durante la remota antigüedad, la postura mayormente adoptada en una relación sexual fuese la del "perrito", tal y como nos ilustra impecablemente la película "En busca del fuego" (1981)... Más adelante, cada una de ellas, con sus ventajas e inconvenientes, nuestros antepasados irían descubriendo y probando otras posturas, alimentando las posibilidades del apareamiento.
La cueva de los Casares se encuentra en el término municipal de Riba de Saelices, en la provincia de Guadalajara, muy cerca de Madrid. Se habló mucho de ella tras el descubrimiento de las no pocas manifestaciones artísticas de sus paredes (1933), unos 200 grabados del paleolítico medio, y, entre ellos, la primera representación de un coito frontal en nuestra piel de toro (entre 25.000 y 13.000 años antes de Cristo).
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En la imagen, de la que expongo los trazos, un sujeto introduce su descomunal pene en una dama de abultado trasero. Lo curioso es que mientras ella parece concentrada, a él lo vemos un tanto distraído, mirando desconfiado hacia atrás. Cabe preguntarse: ¿Qué teme?. ¿Se trataría también del primer documento gráfico de una infidelidad, de un sentimiento de culpa o una imposición de cuernos?
Aunque no creo necesario fantasear tanto: resulta más que probable que la imagen no sea más que una representación de los rituales de fecundidad, que vinieron teniendo lugar entonces...
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