En el habitual contexto de usuarios generalmente encantadores y pacientes, en el sentido más amplio del término, alguna vez tropezamos con los otros: los reivindicativos exigentes, hasta el extremo...
Ayer un ciudadano llamó al número de urgencias para solicitar que un médico fuese a verle a domicilio, por encontrarse aquejado de gastroenteritis. En el teléfono de urgencias le dijeron que para esa cuestión debía ponerse en contacto con su médico de cabecera.
Ayer un ciudadano llamó al número de urgencias para solicitar que un médico fuese a verle a domicilio, por encontrarse aquejado de gastroenteritis. En el teléfono de urgencias le dijeron que para esa cuestión debía ponerse en contacto con su médico de cabecera.
El paciente llamó entonces a nuestro Centro de Salud, solicitando ser visto a domicilio y especificando que se encontraba pasando unos días en casa de su hijo, en Fuenlabrada.
En la Unidad Administrativa le explicaron que no nos desplazamos a otras ciudades, y que debía:
-. O bien venir a vernos.
-. O contactar con el Centro de Salud más cercano, en Fuenlabrada...
... Pero no obstante, que le iban a pasar la llamada a su médico...
En ese trance en el que me pasaron la llamada, al coger el teléfono constaté que ya no había nadie al otro lado de la línea: el enfermo había colgado, parece ser que un tanto contrariado...
En fin... Sigo conservando la capacidad de sorprenderme...
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