.
La consulta es, nos lo demuestra en numerosas ocasiones, un lugar no exento de cierto privilegio cuando se trata de observar aspectos como lo sorprendente que puede llegar a ser la naturaleza, u otros como la grandeza y/o las miserias que engalanan a los seres humanos...
Aquella paciente había entrado manifestando el motivo de su consulta:
-. "¡Tengo un agujero en la cabeza!"
Al referirlo en un tono de cierta preocupación, ya imagináis la alarma que pudo despertar...
-. ¿Un agujero?, ¿¡A ver!?...
Por lo deducido de la anamnesis pude saber que, con anterioridad y a ese nivel, tuvo lo que pudo ser un quiste sebáceo que con el paso del tiempo fue creciendo y al que ella no prestó demasiada atención, a pesar de que en ocasiones le molestaba el paso del cepillo, al peinarse...
Un día el quiste empezó a vaciar su contenido al exterior, dejando esa cavidad que no suponía, en principio y por el momento, mayor problema que el estético.
Envié a esta paciente al dermatólogo aunque no sin una cierta reserva de jocosidad al pensar, a la salida de un proceso electoral, en lo útil que pudo resultar a algunos tal "escondite para ideas"...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Los comentarios son bienvenidos!