Estas dos fotos han dado la vuelta al mundo en estos días, tras el atentado sobre el puente de Westminster (London), y son buena muestra e ilustración de algunos de los atributos de nuestra condición humana...
En la primera, que pronto se hizo viral, originando un buen revuelo mediático: vemos a una mujer musulmana caminando impasible junto al herido que, tendido en el suelo, está siendo atendido por varios transeúntes, mientras ella chequea la pantalla de su móvil, sin reparar siquiera en la escena... En realidad, lo que nos escandalizó de la foto es moneda común en nuestras ciudades: son pocos los que se paran a atender a un peatón en apuros...
La segunda derivación se refiere a lo rápidos que somos a la hora de rasgarnos las vestiduras y de sacar conclusiones no siempre oportunas: pronto se puso de manifiesto la necesidad de acusar a los musulmanes basándonos en la indiferencia de esta mujer, actitud que por otra parte habría de ser desmentida por el propio fotógrafo... Por otra parte no tardó en publicarse la segunda foto, que muestra a un ciudadano occidental, pasando junto a la víctima con lo que parece un similar desinterés.
No debemos olvidar, por otra parte, que no siempre resulta de ayuda, más al contrario, que se pare a curiosear o a intentar ayudar todo el mundo, en numerosas ocasiones puede incluso desayudar... Aunque esto es ya harina de otro costal...
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