En días como el de hoy -martes- tras el regreso de un fin de semana largo incluyendo un lunes festivo, el número de pacientes se torna imposible, diría que incluso peligroso en su densidad: son tantos que debes intentar ahorrar tiempo de donde sea, incluso evitando salir a la sala de espera y optando por llamarles por sus nombres, desde el despacho, para que vayan pasando...
-. Pedro, pase!...
Unos minutos después, tras ver a Pedro...:
-, Carmen?
Minutos más tarde...:
-. Macarena!
Fue entonces cuando, desde lo que sonó a fondo de la sala de espera, se oyó un alegre y acompasado:
-. Aaaaaaaa-Ay!
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