Desde mi particular y consagrada afición al conocimiento del origen de las palabras y de los dichos, desde hoy y alguna vez, con cierta periodicidad, me acercaré hasta el parte de confirmación con algún post sobre el tema. Por supuesto: dada la particular temática del blog, siempre serán dichos relacionados con la medicina.
Hoy iniciamos esta eventual andadura discurriendo sobre la expresión "No hay tu tía".
Muchas veces hemos usado o escuchado esta frase, referida a una situación que era necesario aceptar tal cual se nos presentaba, por no tener solución o remedio, y efectivamente por ahí parecen ir unos tiros que nada tienen que ver, aún pudiéndolo parecer, con la hermana de algún progenitor...
Hoy iniciamos esta eventual andadura discurriendo sobre la expresión "No hay tu tía".
Muchas veces hemos usado o escuchado esta frase, referida a una situación que era necesario aceptar tal cual se nos presentaba, por no tener solución o remedio, y efectivamente por ahí parecen ir unos tiros que nada tienen que ver, aún pudiéndolo parecer, con la hermana de algún progenitor...
Durante la edad media, la palabra árabe atuthía se refería a una medicación de uso oftalmológico, que se elaboraba con óxido de cobre y/o cinc.
El paciente con determinadas afecciones oculares al que no se le proporcionaba athutía, bien podía quedarse ciego, por lo que la expresión de "no hay atuthía", ó la actualizada "no hay tu tía", venía a pretender decirle: "¡está jorobada la cosa, no hay remedio!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Los comentarios son bienvenidos!