Aquella semana Daniela, ejerciendo su derecho a la libre elección, acababa de cambiarse a mi cupo.
A juzgar por los comentarios que había escuchado en boca de algún compañero, era una paciente problemática y difícil, de las que van saltando de médico en médico, por incapaz de adaptarse a ninguno de ellos.
Sus principales problemas: tenía una forma un tanto tiránica de exigir y despótica de tratar a quienes la atendían... Pedía pruebas, testimonios documentales y escritos, de cuanto le decías ó hacías. Al parecer, en alguna ocasión hasta había llegado a provocar, en mi predecesora, el llanto de la impotencia.
No tardó más que unas pocas semanas en aparecer por mi consulta.
Tenía una cervicalgia que había venido justificando una situación de baja laboral que rondó el año, que ella atribuía a unos supuestos malos tratos, y que había sido resuelta por el INSS a través de un alta fulminante e irrefutable.
Tras realizarle una exploración que resultó anodina me pidió en un informe el testimonio escrito de la consulta, motivo por el opté por entregarle una impresión actualizada del episodio.
-. Recéteme un Paracetamol, lo tomo cuando me duele.
Tras entregarle una receta de Paracetamol:
-. Puede volver a hacerme copia del informe, pero en la que aparezca que me ha recetado Paracetamol?.
Vuelvo a imprimirle nuevamente el episodio, actualizado...
Al finalizar la tarde me dispongo a salir de la consulta para marcharme; cuando estaba cerrando la puerta, vuelve a aparecer Daniela para comentarme:
-. Vengo porque olvidé pedirle un Informe de Salud.
-. Lo siento mucho, todo está apagado ya en la consulta y yo me marchaba. Tendrá Ud. que volver otro día...
Una semana más tarde volvió para requerirme el mencionado Informe de Salud, un estandarizado resumen de la historia clínica del paciente que se elabora con unos simples "clics".
-. Aquí tiene Ud. su Informe de Salud.
-. Hágame un informe de la visita de hoy, en el que conste que le he pedido y me ha entregado un Informe de Salud.
-. Mire Daniela, visto lo visto y que no parece comprender que la relación médico-enfermo debe basarse sobre unos mínimos de confianza mutua... Debe Ud. hacer una cosa: vaya al mostrador de la entrada y póngame no una, sino 50 reclamaciones. A continuación le recomiendo que cambie de médico, porque yo no le voy a hacer más informes.
A fecha de hoy, habiendo pasado cerca de dos meses desde aquello, no he vuelto a verla. Tampoco supe de ninguna reclamación ni se ha cambiado de cupo, aún...
Este es un claro ejemplo de paciente problemático de tipo “exigente-agresivo”, que acaso encaje en el subtipo “manipulador” o en el “querulante” (querellante o litigante). Como sea, uno de los que nadie desea… sufrir.
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