Aunque la llegada de la crisis pareció mitigar las tendencias, lo cierto es que el absentismo laboral sigue constituyendo un importante problema para nuestro país en general, y la productividad de nuestras empresas en particular.
Se mire por donde se mire las cifras resultan sobrecogedoras y escalofriantes: cada día dejan de acudir a atender sus respectivas ocupaciones más de un millón de trabajadores, casi el 6% de nuestra población activa (actualmente trabajarían un poco más de dieciocho millones de españoles).
El absentismo laboral nos cuesta unos 8.000 millones de euros al año, un gasto que se reparte entre las mutuas, las empresas, y la propia Seguridad Social (o lo que es lo mismo: todos). A estos 8.000 millones habrían de añadirse los 164.000 millones que, por culpa de tales ausencias, dejarían de producirse.
Algo falla en este sistema... Es demasiado el "ausentismo"...
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