El Síndrome de Ehlers Danlos se compone de un grupo de trastornos hereditarios que afectan al tejido conjuntivo, produciendo la que resulta ser su principal característica: la hiperelasticidad de la piel.
En las imágenes recordamos a James Morris, quien en el siglo XIX padeció este problema por el que, como solía ocurrir antaño, viajó acompañado de otros "hombres maravilla", para mostrarse entre aplausos de asombro, bajo la carpa de un circo.
Lo hacía a través de pequeños números en los que estiraba su piel: la del rostro podía servirle incluso de máscara, algo que causaba gran expectación, por lo que James Morrison sería pronto conocido en gran parte de los Estados Unidos.
En 1885, y con 26 años, James entró a formar parte de la prestigiosa compañía circense «Barnum y Bailey Circus». Es, aún a día de hoy, uno de las firmas más conocidas y longevas. De hecho, entre sus hitos cuentan el haber sido los primeros en exhibir la lámpara incandescente en 1879, un año antes de que Thomas Alva Edison la patentase. También fue muy conocida por «Little Columbia», el primer bebé elefante nacido en un circo estadounidense.
Organizaban giras por todo el suelo norteamericano, llegando incluso en numerosas ocasiones a Europa. Y cómo no, uno de sus espectáculos más llamativos era «The Rubber Man», ese hombre de piel elástica que podía hacer con su cuerpo un auténtico vestido.
Era uno de los números de mayor éxito: cogía la piel de su cuello y tiraba de ella hacia arriba para cubrir por completo su rostro formando una estrambótica trompa de elefante. Al público le encantaba.
Con el tiempo su piel seguía estirándose, pero empezó a ser muy frágil, a sufrir heridas y laceraciones. Sus articulaciones se deformaban cada vez más y el dolor resultaba muy limitante, hasta que el hombre de goma acabó rompiéndose por sus diferencias, mientras se refugiaba en la botella, para aliviarse de vivir de las mofas...
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