lunes, 5 de junio de 2023

La dama de la lámpara

 


Florence Nightingale nació en Florencia, ciudad que le prestaría el nombre. Fue la menor de las dos hijas de un aristócrata matrimonio británico, por lo que, de vuelta a Inglaterra, Florence recibiría la estricta educación que correspondía a su condición. 

Cuando se acercó a la edad de resultar casadera, en época en la que los matrimonios perseguían fundamentalmente la conveniencia, Florence sufrió una fuerte depresión motivada por la presión social del momento, que le llevaría a aislarse durante años, algo que ella, más tarde, interpretaría como un "llamamiento de Dios". 

En 1844 anunció su intención de dedicarse a la enfermería, una profesión que, antaño, no exigía preparación y que configuraba sus actuaciones con la asistencia a ancianos, huérfanos, heridos, enfermos... Su formación fue autodidacta, enriquecida por sus constantes viajes a Europa, en los que visitó no pocos centros sanitarios. 

De 1853 a 1856 tuvo lugar la guerra de Crimea, un conflicto en el que se sucedieron las enfermedades (tifus, cólera, disentería...) que diezmaron a los ejércitos. La mayoría de los muertos eran víctimas de los deficientes tratamientos sanitarios. En 1854 Florence y un equipo de 38 enfermeras voluntarias, entrenadas personalmente por ella, partieron al corazón de la guerra. Florence supervisó personalmente la limpieza y ventilación del precario hospital, la higiene de los pacientes, el cambiarles las sábanas o prepararles comidas sanas, contribuyendo, con tales medidas, a un llamativo descenso de la mortalidad.  Tal es así que The Times diría de ella: "Sin exageración alguna es un ángel guardián. Cuando cae la noche, puede vérsela sola, con una pequeña lámpara en la mano, efectuando sus solitarias rondas". 

En 1856, poco antes del final de la guerra, Florence enfermó de fiebres tifoideas. Poco después, en 1860 y gracias a su intercesión ante la reina, se funda la Escuela de Adiestramiento de Enfermeras en el Hospital St. Thomas, bajo dirección de Florence. En 1883, volvemos a hablar de la reina Victoria, quien le otorgaría la Real Cruz Roja, un galardón que Eduardo VII completaría con la Orden del Mérito, que se entregaba por vez primera a una mujer, en 1907. En 1908 recibió las llaves de la ciudad de Londres, con el nombramiento de "Guardiana y Protectora de la Salud". 

Al poco, la dama de la lámpara falleció una noche mientras dormía. Desde 1965, cada 12 de mayo se homenajea a toda la profesión, coincidiendo con el día en que nació esta mujer, que sentó las bases de la moderna enfermería tal y como actualmente la conocemos.




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