Hay mañanas que culminan con la chispa de un momento mágico, como el que acaba de suceder no hace mucho tiempo, y que paso a relataros...
Tras atender a la paciente como casi siempre intento y no tantas veces consigo, esto es: lo mejor que mi empatía y formación alcanzan a permitirme, observé que ésta se llevaba la mano al bolso mientras comentaba:
"Doctor, tengo un reto con Lasquetty: mientras él persiga amargarles la vida, yo me esforzaré en intentar endulzarsela"...
Al mismo tiempo que lo decía, depositó una chocolatina de Kit-Kat sobre mi mesa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Los comentarios son bienvenidos!