Recientemente la MISECAM ha distribuido el nuevo folleto sobre y contra la Violencia de Género, que podemos ver sobre los mostradores de los diferentes Centros de Salud.
Dando por sentado y no estimando necesario manifestar que me repugna toda forma de violencia, aunque insistiendo en ello y en un intento de comenzar asegurando la ausencia del más estrecho margen de duda a este respecto: quisiera disertar sobre el particular del mencionado folleto, así como sobre la violencia en general.
Sigo discrepando con la definición que inicia el libreto: "La violencia de género es toda aquella violencia ejercida por el hombre hacia la mujer, originada por una situación de desigualdad". Es este un concepto que desprecia, ignorándolas, las recientes conquistas que supusieron los reconocimientos de las minorías: alguna vez pude escuchar a hombres manifestar ser víctimas de la violencia que sobre ellos ejercieron sus mujeres; y ¿qué decir de la que pudiera existir en el seno de una pareja homosexual?...
Sobre la siguiente cuestión habrá total acuerdo y unanimidad: con destacadas letras mayúsculas se nos pide RECORDAR que "NADA JUSTIFICA LA VIOLENCIA"; nada la justifica en el seno de la pareja, como tampoco en el seno de la familia en la que -hoy por hoy- se acabó demonizando hasta aquello que ayer nos parecía un simple "cachete"...
Lo que vuelve a ser motivo de discrepancia es el constatar como unos dirigentes, capaces de invertir importantes esfuerzos, desvelos y dotaciones presupuestarias en la lucha contra determinadas formas de violencia, fueran también capaces de enviar a sus fuerzas vivas, "vestidas para apalear" indiscriminadamente, sin pararse a diferenciar género, edad ó patología previa, a todo aquél que cometiese el grave delito de estar manifestando, pacíficamente y en la calle, el lícito anhelo de aspirar a ganarse un futuro digno.
Tal y como pudimos volver a intuir en Vancouver: en el seno de nuestras relaciones humanas existirá siempre una mucho menor violencia que la que emana de la necesidad de control por parte de la Administración y del Poder Político, aún cuando éste fuera erigido por el Pueblo.
Dando por sentado y no estimando necesario manifestar que me repugna toda forma de violencia, aunque insistiendo en ello y en un intento de comenzar asegurando la ausencia del más estrecho margen de duda a este respecto: quisiera disertar sobre el particular del mencionado folleto, así como sobre la violencia en general.
Sigo discrepando con la definición que inicia el libreto: "La violencia de género es toda aquella violencia ejercida por el hombre hacia la mujer, originada por una situación de desigualdad". Es este un concepto que desprecia, ignorándolas, las recientes conquistas que supusieron los reconocimientos de las minorías: alguna vez pude escuchar a hombres manifestar ser víctimas de la violencia que sobre ellos ejercieron sus mujeres; y ¿qué decir de la que pudiera existir en el seno de una pareja homosexual?...
Sobre la siguiente cuestión habrá total acuerdo y unanimidad: con destacadas letras mayúsculas se nos pide RECORDAR que "NADA JUSTIFICA LA VIOLENCIA"; nada la justifica en el seno de la pareja, como tampoco en el seno de la familia en la que -hoy por hoy- se acabó demonizando hasta aquello que ayer nos parecía un simple "cachete"...
Lo que vuelve a ser motivo de discrepancia es el constatar como unos dirigentes, capaces de invertir importantes esfuerzos, desvelos y dotaciones presupuestarias en la lucha contra determinadas formas de violencia, fueran también capaces de enviar a sus fuerzas vivas, "vestidas para apalear" indiscriminadamente, sin pararse a diferenciar género, edad ó patología previa, a todo aquél que cometiese el grave delito de estar manifestando, pacíficamente y en la calle, el lícito anhelo de aspirar a ganarse un futuro digno.
Tal y como pudimos volver a intuir en Vancouver: en el seno de nuestras relaciones humanas existirá siempre una mucho menor violencia que la que emana de la necesidad de control por parte de la Administración y del Poder Político, aún cuando éste fuera erigido por el Pueblo.
Efectivamente, la violencia es denigrante en todos los ámbitos, es un arma de control del más débil (mujer, hombre o colectivos sociales).Pero solo defienden lo que les interesa (políticamente!), desde luego que la violencia de género (femenino) es una lacra social, pero un estado de derecho debe defendernos a todos los colectivos si no de democracia tiene poco!!!
ResponderEliminarStop a la violencia de género (femenino y masculino) por que la violencia aunque en menor medida también la ejercen algunas mujeres sobre los hombres... Un post excelente
ResponderEliminarLos poderes politicos como siempre a base de sloganes mas que ir a la posible raiz,
ResponderEliminarJA tu blog como siempre tiene todo: ironia , denuncia, reflexion, entretenimiento y sosiego
Una música preciosa :http://www.youtube.com/watch?v=fMbv6nbqML8&feature=fvst
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