Gabriel Falopio (siglo XVI), fue uno de
los más importantes anatomistas y cirujanos del Renacimiento italiano. Profesor
de la universidad de Ferrara, más tarde de la de Pisa y, por último, de la
prestigiosa Universidad de Padua, la más famosa de su tiempo, donde heredó la
cátedra de Vesalio, autor de “La Fábrica”, el libro de Anatomía más importante
de todos los tiempos.
A Falopio le debemos la perfecta
descripción de los aparatos reproductores, tanto del masculino como del
femenino, dándole su nombre a las Trompas de este último, esto es: a las
estructuras que unen al útero con los ovarios (Trompas de Falopio).
Se le recuerda también por su obra
"De Morbo Gálico", un tratado sobre la sífilis, que entonces se
denominada “el mal francés” y que fue la epidemia de su tiempo.
Pero, en la historia de la Medicina,
también se le reconoce por ser el padre del actual condón, que empezó siendo de
tripa de animal y lino. Al menos fue el primero que escribió, desde un punto de
vista estrictamente médico, sobre este elemento…
Entonces se fijaba al pene con una cinta
rosada y estaba destinado a prevenir las enfermedades de transmisión sexual,
como la sífilis, de la que ya hemos hablado y que causó estragos, extendiéndose
rápidamente por Europa, tras el descubrimiento de América.
En el reporte de su estudio (1564), el
primero que demostraría la eficacia de un preservativo, el propio Gabriel
Falopio afirma: "Realicé el experimento con 1.100 hombres, y pongo a Dios
por testigo que ninguno de ellos resultó infectado".
En el siglo XIX y principios del XX, se
hicieron populares los condones de caucho que fueron creados en 1855. El de
látex es posterior, de la década de 1920, hace aproximadamente cien años.
Al tiempo que dar a conocer la verdadera
historia del condón, también debemos explicar, al margen:
1/ Que el famoso Doctor Condom, supuesto
médico personal del Rey Carlos II de Inglaterra, a quien se le asignó la
invención del preservativo, incluido su nombre, sigue siendo un mito, una
leyenda, ya que nunca se demostró que realmente existiese. Al parecer los
diseñaría para evitar que Carlos II no se cargase con más descendientes, tras
sus no tan ocasionales salidas nocturnas… Pero ha de tenerse en cuenta que los
condones ya se venían utilizando más de cien años antes de que el rey Carlos II
ascendiera al trono inglés.
2/ El 16 de febrero de 1923, el
arqueólogo Howard Carter, al descubrir y adentrarse en la tumba de Tutankamón,
uno de los faraones más emblemáticos de Egipto, se encontró un preservativo en
aceptables condiciones, a un lado, junto al sarcófago.
Quien allí lo puso debió pensar en
bacanales, más allá de lo terrenal. En un derrame de humor, cabe pensar que
fuesen las propias expectativas, un tanto optimistas, de un faraón adolescente…
Ese preservativo, el primero de la
historia de la Humanidad, consistía en una funda de lino fino, empapada en
aceite de oliva y unida a un cordón que se ataría a la cintura. También nos
llegaron condones de la época de los romanos, de similares características.
Según los especialistas, el principal
objetivo de estos productos era el de evitar enfermedades como la bilharziasis
o esquitosomiasis, muy comunes, antaño, en el norte de África.
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