miércoles, 22 de agosto de 2018

Medicina multicultural



Solo quedaba uno, tanto en la sala de espera como en mi lista de pacientes por ver...

Era un chico magrebí... Aguardaba sentado y mirando su móvil... Me dirigí a él diciéndole:
-. Eres Musáh?
El hombre se levantó y me siguió.

Bastaron unos pocos segundos de charla para saber que nuestro Musáh no hablaba ni jota de castellano, motivo por el que intenté hacerle comprender que resultaría deseable que se hiciera acompañar por alguien que le sirviera de interprete, en próximas visitas...

Por cuanto hablamos, pero sobre todo por sus gestos, me pareció entender que vino a consultar por un dolor de espalda, motivo por el que acabé prescribiéndole un antiinflamatorio y un relajante muscular, a la vez que dándole unos consejos que probablemente no debió entender muy bien...

Poco después de marcharse el paciente volvieron a llamar a mi puerta. Era un chico también magrebí que en un castellano medianamente comprensible me dijo:
-. Buenos días, soy Musáh, acabo de llegar, disculpe mi retraso...


NOTA: Esto -que me ocurría hoy- pronto será historia: La medicina española sigue caminando hacia la multiculturalidad; en estos días y por vez primera se alcanzó la cifra de los 66.000 Sanitarios extranjeros en el Sistema Nacional de Salud. 



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