La paciente entró en la consulta acompañada de su hijo, un mozalbete que apenas levantaba los 5 o 6 años. Dando un saltito, el muchacho se sentó rápidamente en la silla mejor situada de las dos que tenemos para los usuarios.
La madre, quien permaneció de pie, tomó la palabra:
-. Buenas tardes doctor, vengo a recoger los resultados de los análisis que me hicieron hace unos días.
Tras abrir el pertinente programa y estudiar durante un rato los resultados en la pantalla, me dirijo a la mujer en estos términos...
-. Veo que te han pedido una serología, por algún motivo concreto?
-. Es que fui cliente de Idental, y en cuanto dijeron en la tele lo de la estafa y los posibles contagios de enfermedades, vine a pedir este análisis...
-. Ajá... Veo que está bien, no tienes hepatitis...
-. Y sida?
-. Tampoco tienes Sida....
-. De veras?
-. De veras, mujer! No tienes Sida!
-. Ufffff, que tranquilidad! estaba muy angustiada!
Fue entonces cuando observé y escuché al niño que se dirigió a su madre y, mostrándole la silla que había quedado libre, le susurró...:
-. Pero Mamá!... Que silla sí que tienes!
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