Como todas las parodias, la de hoy tiene cosas muy ciertas y otras que no lo serían tanto...
No es verdad, por ejemplo ni falta que nos hace, que los médicos ocupemos despachos tan suntuosos; no es así para los contratados por el sistema público de salud, quienes generalmente trabajamos en un contexto de minimalista humildad.
Es cierta, por ejemplo y desde que la globalización llegó a nuestras consultas, la manera en que comunican algunos pacientes extranjeros, entre la simpatía de sus expresiones y la dificultad que exige y supone el entenderles correctamente... En las últimas semanas he escuchado frases como: "Tengo la tripa fina", "La vista no fuerte", ó "Sale tos de la boca"..., puede que sean menos llamativas que "No toque li botone", pero tan diferentes a las que estamos acostumbrados a oír, que no pude por menos que anotarlas...
Real como la vida misma sería el "Ya que tengo la hora con el médico... pos vamos a aprovechar!" que vivenciamos a diario, aún pareciéndonos sorprendente...
Es cierto también, sobre todo cuando nos referimos al segundo nivel de atención, no siendo así en el primero, que los pacientes han de sufrir una considerable demora hasta ser atendidos. Por desgracia resulta aún más cierto que, a los ojos del paciente, el culpable de tan desagradable como prolongada espera sería el médico...
Pero no, no es así: no debemos olvidar que es más que probable que los verdaderos culpables de que las cosas funcionen mal se encuentren lejos de allí, puede que en algún plató de televisión, respondiendo a preguntas sobre su vida privada, cocinando o jugando al billar o al futbolín, pretendiendo ganar una cuando menos discutida re-elección.
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