Me gustaría escribir sobre los excelentes quesos que se elaboran en ese pueblo extremeño, muy cercano a la capital cacereña, pero no, el motivo que justifica el post es otro y no es -lamentablemente- nada agradable... La pasada madrugada dos individuos, en supuesto estado de embriaguez, acudieron al Centro de Salud del Casar (Guadalajara).
Uno de ellos presentaba un corte en un dedo. Durante la cura, el individuo comenzó a increpar a la enfermera que le atendía, por lo que fue recriminado por el médico. Inmediatamente comenzó un forcejeo violento entre ellos, que despertó a otros dos profesionales (enfermera y médico también) que en ese momento se encontraban descansando en las instalaciones...
Las fotografías lo dicen todo, y vuelven a poner de manifiesto la indefensión por parte de los sanitarios de este país. En concreto, aquellos que trabajan en servicios de Urgencias como los SAR (Servicios de Atención Rural), no suelen contar con servicio de seguridad, ni pluses de peligrosidad, como tampoco de nocturnidad.
El Centro de Salud de El Casar, el que hoy nos ocupa y preocupa, acumula una decena de agresiones registradas en los últimos dos años.
Sirvan estas líneas como un gesto de apoyo a nuestros compañeros de este pueblo castellano manchego y para recordar la creciente precariedad del colectivo de empleados de la Sanidad Pública de nuestro país.
Por cierto: cuesta también creer que en el momento en que se redactaba la noticia en los diferentes medios, no había ningún detenido.
Por cierto: cuesta también creer que en el momento en que se redactaba la noticia en los diferentes medios, no había ningún detenido.
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