Esta cita de don Gregorio Marañón, que enmarcamos sobre la mesa que presidía el aula que lleva su nombre y alimenta su recuerdo, constituye un alegato de pacifismo y de tolerancia: preciosas palabras para un mundo en el que cada vez parece existir un mayor número de personas dispuestas a inmolarse, en el contexto de las mil y una causas, de cruzadas personales que campan por el doquier de nuestras incontables patrias culturales, políticas o espirituales...
En un sentido parecido, aunque en con gesto más pasota, crítico e indiferente, irían las de Georges Brassens... El cantautor francés afirmaba:
"Morir por una idea?
De acuerdo!
Pero de muerte lenta!"
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