La realidad de la consulta es agridulce: con frecuencia consigue maridar la dificultad con una buena dosis de humor y de simpatía... Y digo esto porque a veces no resulta fácil entender a los pacientes; a veces es el propio paciente complica la comprensión de su problema, al utilizar términos absolutamente ajenos a cuantos estamos acostumbrados a emplear.
La que nos ocupa hoy, cuyo diálogo hemos intentado reproducir fielmente, parecía necesitar un electricista cuando no otra cosa parecida, más que un sanitario...
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