En un intento de rizar el rizo se le buscó motivo de entretenimiento y de diversión a la capacidad que el sol tiene de enrojecer nuestra piel, marcando las líneas de nuestra ropa (sujetadores, escotes, mangas, etc...). Hoy, utilizando los filtros solares con un poco de imaginación y otro tanto de creatividad, se ha creado un inquietante fenómeno social.
El eritema solar artístico o Sunburn Art aterrizó en nuestras playas, y muestra una voraz tendencia a expandirse por las plataformas y redes sociales. Por inofensivo que parezca no deja de ser, nos lo recuerdan las distintas Asociaciones para la Prevención del Cancer Cutaneo, una práctica muy peligrosa.
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