jueves, 6 de noviembre de 2014

Estado civil


Aquella consulta era de las que tienen la sala de espera en las inmediaciones de la puerta de acceso, por lo que no resultaba necesario salir a buscar a los pacientes, una situación que -tal y como he manifestado otras veces- me disgusta bastante por cuantas preguntas has de atender en tal impass:
-. Oiga, soy fulanito, me ha llamado ya a mi?
-. Me puede decir por qué hora va llamando?
-. Yo sólo necesito unas recetas, por si me puede Ud. pasar antes... etc.

Estas y un sinfin de situaciones que configuran la gestión de la sala de espera, aunque sin disponer de tiempo para tales responsabilidades porque, ya lo hemos dicho en múltiples ocasiones, por no tener, no tenemos ni el tiempo (no más de 6 minutos por paciente) que sería necesario para pasar una consulta de calidad.

En estas circunstancias resulta cómodo llamar al siguiente, aprovechando la apertura de la puerta y con la salida del paciente anterior:
-. Luisa! pase a continuación!

Después, cuando despacho a Luisa y se dispone a salir:
-. Sotera! pase por favor!
En ese momento Luisa se gira hacia mí y me dice:
-. No, doctor, aunque se podría decir que sí... Pero realmente soy viuda.



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