Uno de los aspectos más comentados de ésta crisis se refiere a la búsqueda de culpables:
-. Según el sentir de una buena parte de la calle y de los profesionales de la Sanidad, el culpable sería del gobierno.
-. Y éste, en su habitual proceder, echando balones fuera y lavándose simbólicamente las manos, atribuye toda la responsabilidad a la Auxiliar de Enfermería, Teresa Romero.
La primera vez que me engañes la culpa será tuya;
la segunda vez, la culpa será mía.
(Proverbio árabe)
En mi modesta opinión muchas son las cuestiones imbricadas, aunque resumiría el protagonismo -por su importancia- en las tres que expondré a continuación:
1.- Los problemas comienzan con una gran mentira: los recortes en Sanidad, algo que según las promesas electorales, y junto con la educación y las pensiones, no se iba a tocar... Tales tijeretazos suponen el desmantelamiento del Hospital Carlos III, nuestro buque insignia para todo lo relacionado con las enfermedades infecciosas.
Las Asociaciones de Profesionales hicieron llegar entonces su sentir al gobierno:
"¡Cuidado con éstas cosas, porque a la larga nos pueden salir muy caras!"...
"¡Cuidado con éstas cosas, porque a la larga nos pueden salir muy caras!"...
2.- La repatriación de los religiosos es algo que, según manifestaron muchos, no debió llegar a producirse... Menos aún si valoramos su deterioro y gravedad, o cuestiones de las que supimos después:
- que sería necesario improvisar con las instalaciones y el personal,
- o que no quedaba tratamiento (caso del segundo misionero)...
Hubiera sido igualmente válido, evitando los riesgos, el encomendar el trabajo a un grupo de profesionales entrenados, sobre el terreno.
3.- La escasa calidad contractual del personal dedicado al cuidado de los religiosos, como la de una buena parte de los empleados públicos de la Comunidad de Madrid... No se trataba de personas asignadas a un puesto, integradas en un servicio, con responsabilidades muy claras y concretas y conocedoras -por lo tanto y hasta el automatismo- de todos los pormenores relacionados con tan delicada tarea... (Pulsa para leer más sobre estos contratos)
Teresa era una auxiliar de Enfermería que "pasaba por allí", que según el decir de los medios se ofreció voluntaria para éste trabajo, sin una ocupación fija como demuestra el hecho de que se presentase, días después, al multitudinario examen de la OPE convocado por la comunidad madrileña.
Por culpa de un clavo se calló la herradura,
por culpa de la herradura se perdió un corcel,
por culpa de un corcel no llegó un mensaje
y por culpa del mensaje que no llegó... se perdió la guerra...
(Proverbio Chino)
Finalmente, basándome en éstas tres consideraciones y teniendo en cuenta que los cargos, muy a pesar de lo que estimen algunos, ni son vitalicios como tampoco están desprovistos de responsabilidad: yo también habría de quedar más tranquilo con la depuración de las mismas en un caso que, cómo el que nos ocupa, puso en situación de grave peligro a nuestra Salud Pública.
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