"Los enviados se encontraron una pila de basuras, test con fallos de los que se habían eliminado arbitrariamente los resultados y un laboratorio que denominaron "inlimpiable".
Había trampas para roedores y un fuerte olor a orina en el área del laboratorio de control de calidad, mientras que los baños estaban en un "total deterioro", incluyendo lo que parecían ser excrementos humanos en una pared."
Así describe esta semana un artículo de EL ECONOMISTA la impresión que se llevaron los inspectores de la FDA Norteamericana, tras su visita-sorpresa a la planta de fabricación de medicamentos genéricos, que la multinacional Sun Pharma tiene en Karkhadi (India) y cuya producción se distribuye mayoritariamente en el mercado de los Estados Unidos de América.
Sun llegó a un acuerdo este mes para comprar Ranbaxy Laboratories, quien tiene cuatro fábricas prohibidas por la FDA y quien el año pasado acordó pagar 500 millones de dólares para acabar con una demanda sobre adulteración de medicamentos y mentiras al regulador. Tras la adquisición será la mayor compañia farmacéutica de la India y el quinto mayor fabricante de genéricos del Mundo.
Por cierto, ambas empresas: Sun y Ranbaxy, operan también en nuestro país.
El estar informados acerca de estas eventualidades y conocer cuanto prescribimos, hasta el detalle y sus últimas consecuencias, también forma parte de nuestras obligaciones como médicos... Y lo es con mayor motivo cuando descubrimos que el control por parte de las autoridades no alcanza los mínimos que habrían de exigirse.
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