Dos de las religiones monoteistas mas importantes del mundo, judíos y musulmanes, imponen la práctica de la circuncisión a sus hijos en base a rituales puramente dogmáticos. Por contra y en nuestro primer mundo, tal práctica sólo viene recomendándose a uno de cada mil varones, obedeciendo a criterios exclusivamente médicos. Al final -en nuestros días y según estimaciones de la OMS- más del 30% de los hombres que pueblan el globo estarían circuncidados.
Aunque existen murales egipcios en los que se detalla la técnica, el origen del ritual se ha de situar en la exigencia de Yavhé a Abraham: (Génesis 17:4-12): «He aquí mi pacto contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos, de los que saldrán reyes. Tú, de tu parte y tu descendencia, circuncidad a todo varón, circuncidad la carne de vuestro prepucio y esa será la señal de mi pacto para con vosotros. A los ocho días de edad será circuncidado todo varón entre vosotros, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado por dinero a cualquier extranjero que no sea de tu linaje». Abraham se habría circuncidado a los 99 años e impuesto la práctica a su primogénito Ismael, así como a todos los varones de su casa. Repetiría también la operación en su benjamín Isaac, a los ocho días de su nacimiento.
En el caso de los musulmanes la práctica de la circuncisión proviene de la tradición popular preislámica, ya que no se menciona en el Coran, motivo por el que tampoco es preceptiva. En estas latitudes viene practicándose antes de la pubertad, idealmente a los 7 años, celebrándose en medio de una fiesta familiar en la que el circunciso recibe numerosos regalos.
Para las sociedades científicas hay unanimidad a la hora de NO aconsejar la circuncisión de manera sistemática, reservándola para solucionar problemas como: la fimosis, la balanopostitis crónica, los hipospadias... No hay evidencias concluyentes que lleven a pensar que con esta técnica se consiga prevenir el cáncer de pene, a través de la mayor higiene que supondría el evitar el acúmulo del esmegma.
En la fotografía podemos ver la Sala de la Circuncisión, del palacio de Topkapi en Estambul: en este recinto se practicaba el rito de la circuncisión de los herederos al Sultanato turco.
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