Una de las cosas que inicié en mi época de estudiante: una colección de pastilleros.
El haber polarizado mi vida hacia esta profesión me inclinó también hacia determinadas aficiones, derivadas del humanismo que la impregna y motivo por el que acabé coleccionando entonces y también: sellos relacionados con el tema, libros antiguos de medicina, entre otras cosas...
Los pastilleros que conseguí, que nunca fue muy obsesivo mi afán, andan por ahí pululando, repartidos por los cajones de mi casa, sin haber vuelto a despertar mi interés desde entonces, aunque admito que algunos alcanzaban a tenerlo por sus muchos años.
En la fotografía aparecen los que se pueden ver en un puesto del rastro madrileño, uno de tantos, una muestra de su preciosismo y de lo fáciles que resultan de conseguir.
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