Enterrar la razón

Son muchas las ocasiones en las que se nos recuerda la necesidad de un autoexamen periódico de la mama, así como la de consultar cualquier resultado dudoso, o claramente sospechoso. 

Son muchas, aunque entiendo que el calificativo de muchas no las convierte necesariamente en suficientes... Y es que no resulta fácil vencer al temor que supone enfrentarse a un diagnóstico. Es como si compartiésemos unos determinados genes con los avestruces, que nos llevasen a enterrar la razón...

Hace pocos días recibí el correo electrónico de una amiga, con quién trabajé hasta hace un año, en el que me comunicaba una triste noticia relacionada con otra empleada del mismo Centro:

"... Hace tres meses le diagnosticaron un Cáncer de mama... hasta aquí, podía haber sido una desagradable noticia pero con una mínima esperanza, ya que es uno de los cánceres que, detectado a tiempo, tiene mejor pronóstico...
 

Sin embargo, ella lo tenía desde hace un año y medio, o más, en que se notó un bulto en el pecho y no dijo nada.... Ya ves, inverosímil pero cierto. Ella trabajando entre médicos y con nosotras que somos siete mujeres, no dijo nada... Yo fui a la primera que se lo dijo, una noche que la pillé llorando... y cuando me lo enseñó creí morirme, pues era del tamaño de una madalena con bordes irregulares... A mí me recordó precisamente a eso, a una madalena... Puse el grito en el cielo... Y aún ella no quiso decir nada, pero yo se lo dije a la encargada... De ahí se desencadenó una procesión a consultas médicas, ya sabes, mamografías etc...

Diagnóstico: Cáncer de mama en estadío IV, con metástasis óseas y hepáticas... Joer... Todos nos preguntamos una y otra vez, ¿porqué no lo dijo antes?... El Tiempo, es lo que en estos casos es primordial...

Nadie entiende esto... ¿temor ante lo desconocido?... No cesamos de hacernos ésta y otras preguntas para las que no tenemos una respuesta satisfactoria...

Yo hice una referencia al Cáncer de mama en mi blog... pero me gustaría que lo hablases de nuevo para que la gente se conciencie, que no tenga miedo... ¡Que siempre hay una esperanza...!"