En estos días de la sexta ola pandémica, no faltaron otros titulares para codearse con el protagonismo de un virus, que pretende acapararlo todo…
Hablan en los telediarios de esta publicidad que, colocada en las marquesinas de los autobuses, nos dice: “Rezar frente a una clínica abortista está genial”.
En España se practican cada año más de 99.000 abortos. El delito de los que rezan frente a los abortorios es querer salvar alguna de estas vidas. Este mensaje podría ser cancelado por la inminente reforma de la Ley del aborto.
Se trata de “NiñosCancelados”, una iniciativa de la Asociación de Propagandistas Católicos, que hizo visible el mensaje en 34 ciudades españolas. Con ello pretenden oponerse a las penas de cárcel, que podrían recaer sobre los grupos provida, que acuden a las puertas de las clínicas especializadas en abortos, intentando convencer, cuando no importunar, a las embarazadas que allí acuden, para que desistan.
Con todo el respeto hacia este grupo de integristas, pero no quiero dejar de pensar que el que nos digan que “Rezar frente a una clínica abortista está genial”, vendría a ser algo así como si a ellos les dijesen que “Hacer el amor en la puerta de una iglesia es maravilloso”…
Abortar es un derecho reconocido por nuestra legislación española, por lo que molestar o acusar a quien pretende ejercer su derecho, es, cuando menos, una idea desacertada e inconveniente... Incluso, según se mire y en algunos casos, podría llegar a constituir delito…
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