En España en general, y en Madrid en particular, se extiende el "Síndrome de Juan Palomo": del paciente se espera que se lo guise casi todo, a través del autodiagnóstico, el autoconfinamiento, el autoseguimiento y la automedicación...
Mientras, los Centros de Salud, siguen a duras penas con sus plantillas desangeladas, asfixiadas de tanta burocracia y de menudencias ("he venido para que me recete Ud. un ibuprofeno de esos con sabor a Coca-Cola"), que conducen a un cierto abandono del seguimiento de las enfermedades comunes...
En ese contexto, se entienden los abucheos y las críticas hacia Diaz Ayuso, por la frase que pronunció durante su visita a la zona del Henares; una visita que, por cierto, coincidiría con el lanzamiento de la vídeo consulta, en la CAM...
Para conseguirlos, hicimos peregrinaciones y colas por las farmacias; finalmente, con suerte, y salvo UNO que nos regalaron, compramos los test de antígenos. Nos los hicimos. Evaluamos el resultado. Marcamos incesantemente un número de teléfono para informar de él. Establecimos y adquirimos el tratamiento, así como el seguimiento. Nos confinamos y después, nos dimos el alta. Y todo esto a coste cero para la consejería.
Para colmo de males, y mientras lo hacíamos todo, también pagamos más que los demás, casi como si nos lo diesen todo hecho.
De nuestro entorno, este fue el país en el que más caras se han pagado las mascarillas, así como los test de antígenos; donde más difícil fue conseguirlos, por venderse únicamente en las farmacias...
El país con la mayor inflación, donde más subieron los impuestos y con la mayor pérdida de poder adquisitivo debido a la pandemia...
A menudo me pregunto: ¿Qué les pasa a los españoles?...¿Qué fue de su reactividad, de su apasionamiento?... ¿A qué obedece tanta anestesia social?...
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