Es verdad que le tenemos más miedo a cosas improbables, que a las que habitualmente acaban con nuestras vidas, y eso es precisamente lo que pretende representar el infográfico de la cabecera.
Tenemos un miedo excesivo a viajar a lugares en los que ha ocurrido un atentado, sin embargo las posibilidades que tenemos de morir por un atentado terrorista son ínfimas, comparadas -por ejemplo- con las de fallecer a causa de un cáncer o un evento coronario...
Es bien sabido que solemos estar asustados por los motivos equivocados: por ejemplo, hay mucha gente que tiene un miedo atroz a volar en avión pero luego “se olvida” de ponerse el cinturón de seguridad cuando sale a dar una vuelta en su coche. Craso error: como muestra nítidamente la infografía de arriba, sufrir un accidente con el coche es varios órdenes de magnitud más probable que sufrir un accidente de avión. Concretamente, en España murieron 1.873 personas en accidentes de tráfico (y eso que estamos en registros históricos mínimos) y 15 en accidente de aviación (en total, 18 en lo que va de década). La percepción del riesgo, sin embargo, es diametralmente opuesta.
Si tienes que tener miedo a algo, tenlo a tu propia casa, especialmente si está dotada de artefactos diabólicos, como escaleras o piscinas. Las escaleras provocan más de 300.000 accidentes al año en Inglaterra y matan un número elevadísimo de ancianos. Por su parte, y aunque resulte contraintuitivo, la estadística confirma que es más peligroso tener una piscina en casa que un arma de fuego.
Otro riesgo que subestimamos sistemáticamente son las muertes por las altas temperaturas, que se llevan por delante a 1.000 personas cada año en España, cinco veces más que las víctimas del 11-M en Madrid, el atentado más sangriento de nuestra historia. Las comparaciones son odiosas, sí, pero vale la pena tener estas cifras en mente antes de asustarnos por riesgos que nunca (o casi nunca) nos van a amenazar.
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