El de la foto no es precisamente lo que todos entendemos por "un brazo de gitano", a pesar de que su propietario sea un honroso y digno representante de esa etnia... Pero no tiene nada que ver... De echo: el momento al que nos referimos no debió de ser precisamente dulce, aunque es cierto -y por fortuna- que pudo haber sido peor, como en el caso de Tino, el líder de aquel grupo musical de nuestra infancia, que se hacía llamar Parchis...
Que le pregunten, que le pregunten a este paciente si el hecho de estar sentado tranquilamente en el coche, con el brazo apoyado sobre la ventanilla abierta, puede o no puede tener consecuencias...
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