En un momento como este en que todo parece desquiciado y salido de madre: en el que los catalanes ya no saben si quieren ser españoles, o los griegos se cuestionan la conveniencia de seguir formando parte de la CEE... Yo quisiera ser ciudadano ecuatoriano.
Consideren esta preferencia a la altura del capricho personal, del pálpito repentino, como aquel que manifestaba Roberto Benigni respecto de prohibir la entrada, en su libreria y desde el día siguiente, a arañas y visigodos.
Puestos a buscar las posibles causas de esta preferencia, tenemos que recordar que en estos días destacó la noticia de la visita de la Ministra de Salud Pública ecuatoriana a España, quien vino a presentar el plan "Ecuador saludable, vuelvo por tí", con el que pretenden hacer un llamamiento a los sanitarios que en su día abandonaron su país para ejercer en el nuestro.
La próxima apertura de una docena de hospitales para la Red Sanitaria del estado centroamericano les hace necesitar varios miles de profesionales (médicos, enfermeras, odontólogos...) de entre los que en su día emigraron en busca de un futuro que se les prometía más próspero.
Entre los incentivos del plan, Carina Vance ha hablado de estabilidad laboral y de salarios que calificó como "competitivos", de unos 52.000 euros anuales, aproximadamente... Sorprenden tales emolumentos y vuelven a poner de manifiesto el choteo que nuestro país se trae con las retribuciones a la clase médica; esto si tenemos en cuenta que en Ecuador, un país en el que el coste de la vida y los precios son 3 veces inferiores al nuestro, pueden pagar sueldos netamente superiores a lo que los médicos perciben aquí...
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