De una época en la que aún no existía la fotografía en color, y por el milagro tecnológico que supone la IA, nos llega esta imagen de la reina Victoria de Inglaterra y de su familia, lo suficientemente numerosa como para llenar las fotos.
En 1840 se casó con su primo, el príncipe Alberto de Sajonia. Sus nueve hijos y 26 de sus 42 nietos se casaron con otros miembros de la realeza o de la nobleza de europea, uniéndolas entre sí, lo que le valió el apodo de «abuela de Europa».
Su reinado (1819-1901) de 63 años y 216 días, fue el segundo más largo de la historia del Reino Unido, solo superado recientemente por el de su tataranieta Isabel II, y se le conoce como época victoriana. Fue un periodo de cambio industrial, cultural, político, científico y militar en el Reino Unido y estuvo marcado por la expansión del Imperio británico.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas: la reina era portadora del gen de la Hemofilia B, una enfermedad que altera la coagulación, favoreciendo las hemorragias y limitando muy mucho la calidad de vida. Al ser una alteración genética ligada al sexo: las mujeres se comportan como meras transmisoras, sin padecer la enfermedad que sólo ellos, sus hijos varones, pueden sufrir.
Entre los descendientes reales que padecieron hemofilia B se encuentran sus bisnietos, el zarevich Alekséi Nikoláyevich Románov, el heredero al trono español Alfonso de Borbón y Battenberg y su hermano el infante Gonzalo de Borbón y Battenberg.
De los nueve hijos de la Reina Victoria:
-.uno sufrió la enfermedad.
-. dos de sus hijas fueron portadoras.
-. siete de sus nietos sufrieron la mutación.
La presencia de esta enfermedad en los descendientes de la reina, aunque no en sus antepasados, ha llevado a dos corrientes especulativas:
-. la que afirma que el verdadero padre de Victoria no era el duque de Kent, sino un hemofílico.
-. la que se inclina a sospechar una mutación espontánea (en el 30% de los casos), ya que el padre de Victoria era bastante mayor cuando la concibió y la hemofilia aparece con mayor frecuencia en niños nacidos de padres mayores.
Esta condición se propagó a las casas reales de Europa, siendo conocida como una "enfermedad Real", debido a su transmisión a las familias gobernantes de Rusia, España y Alemania, problema este que acabaría imprimiendo un cambio significativo en la historia de la realeza europea.
Ya conocía la historia resumida..ahora tengo más información... Gracias !!!
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