Para sus necesidades, durante la
edad media, se da por supuesto que la gente recurría al campo o, en el
caso de núcleos urbanos de cierta consideración, al famoso "agua
va" que acompañaba al acto de vaciar el orinal por la ventana...
Los más seguirían con los
métodos rudimentarios, como el agujero en el suelo, las letrinas compartidas o
las bacinillas bajo la cama.
Los pudientes señores feudales,
en sus castillos y como siempre, encontrarían soluciones mucho más ingeniosas,
tal y como pueden verse en las fotografías anteriores. Hablamos ahora de los
guardarropas (garderobes, en francés), servicios adheridos a las paredes exteriores de los
castillos, en los que también solía colgarse la ropa (de ahí su nombre), con el
fin de que los vapores de la orina matasen a las pulgas.
Aunque dicho sea de paso: no morían sólo
las pulgas, en no pocas ocasiones los guardarropas fueron trampas mortales. No
quiero imaginarme lo asquerosas que estarían las paredes de tales bajadas, ni
lo fértil y oloroso que alcanzaría a ser el foso, en este rincón del
castillo.
Aún así algún que otro enemigo
ascendía por la conexión vertical de estos cuartos de baño, apuñalando a sus
víctimas en el momento de mayor intimidad e indefensión...
-. El rey Edmundo II de Inglaterra (1016)
-. Jaromir, duque de Bohemia (1035)
-. Godofredo IV, de la Baja Lorena (1076)
-. Wenceslao III de Bohemia (1306)
De ellos, bien podría decirse que murieron "en el trono".
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