sábado, 28 de enero de 2017

Lamarck, el médico de la evolución



Ya desde niño me gustó visitar el Jardin des Plantes de París, muy concretamente el Museo Nacional de Historia Natural, en el que se rinde un particularísimo homenaje a la figura de Lamarck.

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Lamarck, quien por cierto era médico, formuló la PRIMERA TEORÍA de la evolución biológica a través de la adaptación al medio (Lamarckismo), adelantándose en unos cincuenta años a la publicación de La Teoría de la Evolución de las Especies, de Darwin, quien la perfilaría añadiendo conceptos como el de selección natural.


Debemos a Jean Baptiste Lamarck muchas cosas más: fue también quien, por vez primera y en 1882, acuñó el término "biología" para referirse a la ciencia que estudia a los seres vivos.


Trabajó en el Jardin des Plantes hasta 1793; fue precisamente a propuesta suya por lo que este lugar pasó a ser el actual Museo de Historia Natural.
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Fue catedrático de Ciencias Naturales de los animales inferiores, a los que él mismo denominó INVERTEBRADOS, un concepto que también introdujo Lamarck... (hasta entonces se dividía a los animales por la presencia o ausencia de sangre, o como animales de sangre blanca y animales de sangre roja).


Y como París no solo es la Tour Eiffel o l'Arc de Triomphe, recomiendo la visita a este Museo y a su Jardin de Plantas, por constituir una tan agradable como instructiva experiencia, sobre todo al pasear por sus pabellones de Anatomía Comparada o contemplar su colección de fósiles y de esqueletos de dinosaurios.


Caído en desgracia, uno de sus principales trabajos, su Historia natural de los animales invertebrados, lo escribió dictándoselo a una de sus hijas, ya que en 1819 quedó ciego.
Pasó la última parte de su vida ignorado, al cuidado de sus hermanas, y murió en 1829.


Aparte de sus detractores, que en la época fueron muchos, uno de los principales responsables de su caída en desgracia fue el propio Napoleón, quién rechazó un ejemplar de su Filosofía Zoológica cuando se lo ofrecieron públicamente, ridiculizando a Lamarck con el gesto.
Más tarde, a finales del siglo XIX, Haeckel escribiría sobre él en estos términos: "Si el admirable esfuerzo intelectual de Lamarck fue casi desconocido en su tiempo, ello se debe de una parte a la grandeza del paso de gigante por el cual se adelantaba en medio siglo a sus contemporáneos"...


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