Los desagradables mensajes que aparecen en las cajetillas de tabaco cumplen su cometido, no lo dudo, aunque conociendo nuestro carácter y el modo de pensar que caracteriza a los españolitos, es más que probable que otro tipo de mensajes, más agradables, creativos y estimulantes, incluso diría más desafiantes, como el de la foto precedente, consiguiesen lo mismo, si no más...
Bromas aparte: el 10 de enero de 2011 dejé de fumar... Lo hice arrastrado por una desenfadada campaña que entonces iniciábamos bajo el título "Mi vida sin tí", en la que una buena parte de los mediblogueros nacionales nos poníamos de acuerdo con un mensaje y estética comunes, en una estimulante campaña anti-tabaco, que promocionamos a través de nuestros distintos blogs.
No sé cuanta gente dejó de fumar gracias a "Mi vida sin tí", pero sé que ayudó al menos a uno: a mí mismo, por cuanto y en mi consideración: fue una campaña exitosa.
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