Tras La Niña de Cristóbal Colón, la niña de fuego, la de tus ojos o la de Rajoy, el nuestro es un país cuya historia se va construyendo a golpe de niñas, por lo que -admitámoslo- a la niña del MIR, más cantarina que la Pastori, ya se la veía venir...
Y claro, y porque la imaginación desborda de las necesidades de este país, tras el parto habríamos de sentir su no poca repercusión en las redes...
El humor hasta llegó a adoptar la forma de un grupo de Autoayuda en Twitter...
O la de una encuesta en Change.org...
Y me pregunto después de tanto revuelo, de madurar el enunciado y de leer la opinión y los comentarios de mi amiga Patricia: ¿Como es que entre las posibles respuestas de Juan no se incluyese una que sencillamente dijese: "Lo siento, pero no tengo Facebook!"
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