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Confieso que cuando supe de la intención de algunas Comunidades Autónomas, de su pretensión de aumentar el número de horas lectivas impartidas por los profesores de la enseñanza pública, permanecí impasible, concediendo a la noticia el mismo interés que me hubiera provocado la de la apertura de la veda del calamar en la zona de Terranova.
En realidad ahora, y tras detenerme a pensarlo, admito como probable que la percepción que tenemos del profesorado, que la impresión que nos transmite su trabajo, sea tan poco objetiva como la que tienen nuestros pacientes de nosotros mismos y del nuestro: muy pocos alcanzan a imaginar el estrés que nos generan las abigarradas agendas...
Hoy la prensa nos daba nuevas y grotescas muestras de la inclinación que su escasa objetividad tiene por la manipulación de la noticia, en según qué diarios hemos podido leer titulares tan dispares como interesados desde el color ideológico del medio:
"Los profesores españoles son los que más horas de clases imparten de toda Europa"
"Los profesores españoles, los mejor pagados de Europa"
"Los profesores españoles dan más clases pero trabajan menos"
"Los profesores españoles trabajan un 15% menos que los del resto de Europa y ganan un 18% más (según informe de la OCDE)"
"Los docentes españoles dan más horas de clases pero están mejor pagados"
"El profesorado español entre los que más vacaciones tienen de la UE"Antes de leer tan contradictorios titulares ya sospechaba la escasa consideración que los medios tienen de la inteligencia de sus lectores; en estos momentos pienso que aún considerándola pobre, hasta hoy la estuve sobrevalorando.
En fin: vayan desde aquí mi apoyo y mi simpatía hacia un colectivo con el que compartimos la condición de "mayoritariamente públicos" y lo fatídico de su actual significado: ambos pagaremos, con el protagonismo del sambenito compartido, una buena parte de los excesos de nuestros políticos, así como los desvaríos de nuestro sector financiero.
Porque en justicia, caso de que sea inevitable y haciendo uso del que por ser común se situaría a la izquierda de todos los sentidos: los recortes que, aún negándose, se están aplicando en educación, deberían proponerse disminuir la ayuda a los colegios concertados. Resulta obvio pensar que quienes dirigen a sus hijos hacia este tipo de centros suelen tener más posibles, amén de razones cuya subvención pública no sería siempre justificable o sostenible.
En estos días también fue noticia la imposición de la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort a José Manuel Otero Lastres, quien fue Catedrático de Derecho que compartieron José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. A juzgar por el deterioro en el que el futuro supervisor de nubes y el actual dirigente de la oposición tienen sumida a la actualidad del país, cabe pensar que Don José Manuel impartía no pocas horas de clases a la semana...
Porque en justicia, caso de que sea inevitable y haciendo uso del que por ser común se situaría a la izquierda de todos los sentidos: los recortes que, aún negándose, se están aplicando en educación, deberían proponerse disminuir la ayuda a los colegios concertados. Resulta obvio pensar que quienes dirigen a sus hijos hacia este tipo de centros suelen tener más posibles, amén de razones cuya subvención pública no sería siempre justificable o sostenible.
En estos días también fue noticia la imposición de la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort a José Manuel Otero Lastres, quien fue Catedrático de Derecho que compartieron José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. A juzgar por el deterioro en el que el futuro supervisor de nubes y el actual dirigente de la oposición tienen sumida a la actualidad del país, cabe pensar que Don José Manuel impartía no pocas horas de clases a la semana...
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