Lamentablemente, y es algo que no habla muy a favor de nuestra educación, el que te abran la puerta en mitad de una consulta sigue ocurriendo con demasiada frecuencia...
Resulta chocante que quienes incurren en esta práctica no se paren a pensar que en ese despacho puede haber alguien semidesnudo, por ejemplo...
A mí, personalmente, es algo que me saca de mis casillas... Aunque algunos hay que se lo toman con más filosofía que yo, como muestran los carteles que pueden verse en algún Centro de Salud...
A mi tb me enerva que abran la puerta, pero salgo tranquilamente y pregunto, QUIEN HA LLAMADO entonces creo que no puedo disimular, la cara de satifaccion que me queda ante la disculpa (no siempre ) y la puesta en evidencia de la mala educacion.
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