Al entrar el otro día en la Unidad Administrativa del Centro de Salud, reparé en un letrero que nunca antes había visto, aunque probablemente llevase allí mucho tiempo...
-. Por cierto, ponen muchos "Agradecimientos"? -pregunté a mis compañeras...
-. Bueno, sí, alguna vez...
-. Como cuantas?
-. No muchas, la verdad...
-. Pero a ver, si comparamos con las reclamaciones...?
-. Muchas menos! Unas 20 o 25 veces menos!
No dejo de pensar que mis compañeros:
-. Suelen empezar a ver pacientes antes del comienzo de la consulta (por no hacerles esperar).
-. Nunca se toman una pausa para un café (a pesar de tener ese derecho, como todos los trabajadores).
-. Cada día pasan muchas horas atendiendo a pacientes con toda la empatía, el cariño y el respeto que merecen.
-. Sacan tiempo de donde no lo hay, para ver a todos los que acuden, con o sin cita, a sus consultas.
-. Compaginan las urgencias imprevistas con agendas de una densidad poco asumible.
-. Acaban vaya Ud. a saber cuando, para irse a sus casas o a visitar a algún que otro enfermo a domicilio, las más de las veces fuera de su horario laboral...
-. Cuidan de nuestro bien más preciado...
-. Cuidan de nuestro bien más preciado...
-. Reciben, cuando de valoración por parte del paciente se trata, puntuaciones en torno al 9 sobre 10.
Y si en este contexto, cuando de agradecer un trabajo se trata, cuesta tomarse unos minutos para expresarlo... Cuando el número de reclamaciones es MUY superior al de los agradecimientos: es probable que estemos ante otra muestra de la hipertrofia de derechos del "usuario", que hemos conseguido?... O se trata sólo de una cuestión de costumbres y de hábitos?... Yo ahí lo dejo!
P. S.: Afortunadamente, noticias como la que ayer publicaba Redacción Médica, respecto de un paciente agradecido, siempre resultan ilusionantes, cálidas y reconfortantes.
(Acceder a la publicación).
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