Una vez que el Ministerio de Hacienda se desdijo respecto de la necesidad de declarar y cotizar por los pagos en concepto de formación, que los médicos reciben de la Industria Farmacéutica, quedarían por resolver -cuando menos- un par de cuestiones:
Es harto sabido y aceptado por todos que los médicos requieren una rigurosa y permanente formación; en algunos casos para asomarse a nuevos conocimientos, en otros para repasar los que se adquirieron en su día y que, por su escaso uso en la práctica diaria, necesitan ser recordados (sirva el ejemplo de la fotografía, que corresponde a un reciente Taller de Cirugía Menor):
1.- Por esto: se hace absolutamente necesario que la Administración, la autonómica en cada caso, invierta en coordinar una Formación Continuada a la altura de tales requerimientos... Resulta lamentable, o cuando menos revisable, que una buena parte de los cursos a los que optamos, hoy por hoy, sean de pago.
2.- Asimismo, los Sistemas Públicos de Salud deberán incentivar adecuadamente esta formación, con estimulos como la Carrera Profesional y/u otros, que en este momento se encuentran inexplicable e inconvenientemente aparcados.
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