"Veto del Reino Unido a los transexuales: impulsará una ley para que sean "tratados de forma diferente." (La Razón)
Polémica en Reino Unido después de que el Gobierno anunciara su intención de impulsar una nueva ley con la que quiere "impedir a los delincuentes realizarse un cambio de sexo registral". Un gesto que ha sido calificado por muchos como "tránsfobo".
(El Español)
(ABC)
No quiero entrar a polemizar sobre si esto me parece bien o mal, en tanto en cuanto respeto las libertades de todos y la noticia no me afecta en absoluto, pero me recuerda una anécdota de mi vida:
Fue en el contexto de una visita, hace ahora muchos años, a un familiar ingresado en el hospital Gregorio Marañón. Abrí la puerta de la que me parecía ser su habitación, y dije:
Volviendo a cerrar inmediatamente. Aunque luego me puse a pensar en lo que había visto: era una
habitación en la que se encontraban dos sujetos semisentados en sus respectivas camas, arropados hasta la cintura. En la primera se encontraba un señor, con ese típico pijama hospitalario de color
azul claro. En la otra, una señora con un vestido de tul rojo, repeinada y muy maquillada…
-. ¡Caray, qué problema de saturación tienen en este hospital, que alojan juntas a personas de distinto sexo!…
Aunque después, pensando un poco
más en el asunto y volviendo a analizar la imagen mental de lo que había visto, entendí que,
por los rasgos de esta última y por su aspecto, se trataba de una mujer trans.
Ya veremos como acaban organizando
los repartos de habitaciones en el Reino Unido: aunque sospecho que no les resultará fácil acertar.
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