El nuestro es un centro relativamente nuevo y funcional, en términos de construcción, pero la casualidad quiso que confluyesen una serie de circunstancias, que acabarían transformándolo en la sede perfecta para la celebración de unas jornadas micológicas....
Comenzábamos teniendo un otoño particularmente ventoso y lluvioso, que perjudicó grandemente a la parte que dedicamos a fisioterapia... Fueron numerosas las filtraciones y no pocas las medidas que hubimos de acometer para recoger las goteras... El caso es que la lluvia continuó y llegó a hundirse un poco la techumbre del ala oeste...
Poco después o quizá fuese coincidiendo con estas mismas fechas: dejó de funcionar la calefacción de todo el edificio, por averiarse la caldera durante un número de días que siempre resultaría excesivo.... Hubimos de improvisar con calefactores que no alcanzaron a satisfacer las necesidades de todo el centro...
Así fue como al poco, alguien vino hacia el cuarto en el que nos encontrábamos, diciendo:
-. Habéis visto las setas que han salido en el despacho de fisio?
Poco a poco todo irá resolviéndose, aunque no hará falta deciros que fue esta toda una aventura que me llevó a pensar en lo mal que deben estar numerosos consultorios de nuestrs piel de toro, que a diferencia del nuestro no deben reunir unas mínimas condiciones de habitabilidad...
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