Desde hace un tiempo a esta parte los electrocardiógrafos aspiran a ser considerados medianamente inteligentes, cooperando con el médico a la hora de establecer un diagnóstico...
Es cierto que en muchos casos sobrediagnostican, de una manera que puede hacernos pensar que todo Cristo ha tenido o está teniendo un infarto agudo de miocardio...
Aunque pocos hay, también se viven casos como el de la fotografía, en los que el aparato acaba desconsiderando e insultando al paciente, o al médico (o a ambos, vaya ud. a saber...)...
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